Nos hacemos eco del artículo publicado por nuestro compañero y Secretario de Medios de Comunicación de la Ejecutiva Comarcal, Francisco Javier Ibáñez Castejón, muy a tiempo para las próximas elecciones municipales y autonómicas.
¿Nunca os habéis preguntado por qué? La sinceridad es un aspecto fundamental en nuestras vidas, algo que, una vez cubiertas nuestras necesidades básicas, hace de nuestra existencia algo mejor y más bello. Esta palabra define un tipo de relación segura, fiable, con confianza, diría incluso que íntima. Nos da la certeza de que las cosas van bien. Es algo que exigimos a nuestros amigos, a nuestras amistades, a nuestra familia. ¿Por qué no exigir la misma sinceridad a aquellos que ostentan nuestros gobiernos municipales?
"Confianza": ¿Qué es la confianza? Otra de esas sensaciones, de esos estados de ánimo que nos engrandecen. Si uno tiene confianza en alguien a quien admira sería capaz de seguirle al fin del mundo, de dejarse caer de espaldas con la absoluta certeza de que unos brazos fuertes y amistosos van a evitar el golpe. ¿Por qué l@s jóvenes no tenemos esta sensación cuando se trata de aquellos que ostentan nuestros gobiernos municipales?
Desgraciadamente, en muchos de los pueblos de nuestra comarca, la del Alto y Medio Vinalopó, las opciones más retrogradas y conservadoras gobiernan nuestros ayuntamientos, marginando a l@s jóvenes que viven allí. Además, de ser antiprogresistas, demagogos y totalitarios no son los únicos pecados que les caracterizan, sino que muchos de ellos pasean orgullosamente llevando sus imputaciones judiciales como medallones de oro, como tatuajes que exhibir, como viejas cicatrices de las que sentirse orgulloso, poniendo en jaque la credibilidad de la justicia y la fuerza de nuestras instituciones, con una bochornosa afición por hacerse fotos.
Desde JS Vinalopó queremos apelar a l@s chic@s de nuestra comarca a que cuando llegue el momento (ya queda menos) actúen con lógica y que, si desean confianza y sinceridad en sus líderes locales, se rebelen ante el conformismo y vayan a votar las opciones que valen, las que pueden colmar sus exigencias: las opciones progresistas. ¿Queréis dejar vuestros pueblos en manos de esos dinosaurios grises y monótonos? ¿Vais a consentir que los lugares donde tenéis vuestra vida caigan en la desgracia de ser gobernados por unos señores (populares, no: populistas) que marginarían a cualquier visionario que pretendiera ensañarles a ver más allá de sus pupilas? ¿Acaso somos los únicos en estar cansados de sufrir día tras día el ninguneo al que nos someten los dirigentes populares de las distintas localidades? Joven, por una vez sé joven.