La semana pasada se levantaba ante mi con la noticia que mi amada Universidad de Alicante necesitaba pedir un préstamo de 12 millones de € para poder pagar las nominas de sus trabajadores. Esto es así porque el Consell no paga desde el 31 de Agosto los gastos corrientes que le corresponden de la UA y de las restantes universidades públicas valencianas.
Mi raciocinio no es capaz de comprender como es posible que en plena crisis económica internacional, con la variable “autóctona” de nuestro endeble modelo económico, el Consell sea capaz de marginar y debilitar a nuestro mayor creador de riqueza, la Universidad pública, donde 1 € invertido en educación se convierten en 1.45 € de generación de actividades económicas. Instrumento creador del pilar básico que le falta a nuestro modelo, el factor diferenciador de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación, del que pecan nuestros sectores productivos y que no los hace competentes en relación a otras economías.
Esta noticia se une a otras últimas como que el Consell necesitará de la iniciativa privada para acabar la red TRAM de Alicante por la falta de financiación de la Consellería de Infraestructuras, o la noticia “casera” de que el juzgado de Villena tiene que utilizar parte de los aseos como archivo por la falta de medios materiales y espaciales acuciantes desde hace unos años, y en donde las quejas han sido respondidas por el Consell con un “no hay dinero”.
Lamentablemente todas esta noticias me alarman pero no me sorprenden. Desde hace unos años la oposición, el Sindic de Greuges, el Ministerio de Economía y los medios de comunicación denuncian el crecimiento exponencial de la deuda de la Generalitat Valenciana. Los datos son muy preocupantes: según un estudio del Instituto de estudios fiscales, la Comunidad Valenciana es la región de España con menos gasto por persona, 2.453 €, y con más deuda pública por habitante, 2.149 €. El sumatorio de las deudas de las Consellerias, RTVV, y de la empresas publicas como Ciegsa, Feria Valencia, o Parques Temáticos ascienden la deuda de la Comunitat a 24.343 millones de € al final de la actual legislatura. Prácticamente 25.000 millones de €, más de 4 billones de pesetas que deberemos pagar los valencianos en los próximos ¡35 años!, es decir, los próximos gobiernos de la Generalitat en las próximas 9 legislaturas deberán condicionar sus políticas a las actuaciones del Consell de los últimos 10 años. Bailes de cifras muy preocupantes que nos llevan a una mera y sencilla conclusión, ¡no hay dinero!
Y ¿porqué no hay dinero?, ahora aquí los seguidores intachables de las teorías y conspiranoias del PPCV gritarían al unísono que la culpa es de Zapatero, que no financia adecuadamente a la Comunidad Valenciana porque la margina al ser un bastión popular. Como ciudadano valenciano pienso que cuanto mayor sea la financiación de la Generalitat mejor para mis intereses y para los de mi tierra. Pero ustedes me están diciendo que el mayor agujero financiero de todas las comunidades de estado español, ni más ni menos que 25.000 millones de €, es culpa de la financiación deficitaria del gobierno central. Pues no señores, la respuesta al porqué no hay dinero en las arcas de la Generalitat Valenciana, radica en el modelo de grandes eventos y proyectos faraónicos practicado por el Consell en los últimos 14 años.
Terra Mítica, La ciudad de las Artes y las Ciencias, la Copa America, la Volvo Ocean Race, la visita del Papa, la Formula 1, el Master de Golf de Castellón, el Open de tenis de Valencia, y la lista sigue y sigue. Que crean riqueza y puesto de trabajo, si; que deben promocionarse en ocasiones este tipo de eventos y proyectos, estoy de acuerdo. Pero basar este modelo como mayor puntal de una política económica me parece ineficiente, injusto socialmente entre los ciudadanos de la Comunitat y profundamente irresponsable.
Ineficiente porque el coste oportunidad de estos eventos es insuficiente, es decir, la relación entre el coste real de estos y los beneficios obtenidos para la sociedad y los sectores productivos valencianos es pequeño. La eficiencia consiste en invertir en sectores que sabemos de antemano que nos van a dar una gran rentabilidad: la educación en todas sus fases y nuestros sectores productivos tradicionales, preparándolos y modernizándolos para poder competir en un siglo XXI con un mundo globalizado. Con los 60 millones de € que costo la Volvo ya se podría haber construido el Parque Tecnológico y Científico de la Universidad de Alicante, creando a corto, medio y largo plazo, muchísima más riqueza que las dos semanas en las que se celebro la salida de la Vuelta al mundo a vela. Eso es eficiencia.
Socialmente injusto entre los ciudadanos de la generalitat, porque este modelo es un gran instrumento cuya principal función consiste en el ensalzamiento del orgullo de los valencianos (algo que electoralmente le viene de lujo al PP pues la política es básicamente un elemento más emocional que racional), pero sin contenidos pragmáticos validos. Porque alguien me explique a mi en que mejora mi calidad de vida porque en Valencia se esta celebrando la Copa America. Por no reseñar que estos eventos suelen tener unos tintes elitistas que dejan fuera a la mayoría de la sociedad valenciana. Con los 345 millones de € que costo solamente el Palau de les arts de Reina Sofia de la Ciudad de la Artes y las Ciencias, se podrían haber construido 15 hospitales comarcales, 50 auditorios de pueblo, o por poner una referencia de mi Villena, 5 soterramientos de las vías del ferrocarril.
Y profundamente irresponsable, porque el Consell que encabeza Don Francisco Camps con este tipo de políticas está dejando a la Comunitat en una especie de burbuja que acabará explotando y que deberán arreglar otros. Pues incluso en este momento, en la situación actual que estamos viviendo, sigue enarbolando la bandera de los grandes eventos y proyectos faraónicos.
Ojala llegue el día en el que dicho “els valencians si forem negres votariem al Ku Klux Klan” no tenga sentido.
PD: tengo cierta curiosidad en presenciar como esta situación del Consell afecta a proyectos tan importantes para nuestra ciudad como el Museo de la ciudad, la Circunvalación sur-oeste, o la omnipresente y 100 % financiada, reforma de la Plaza de toros. Ojos Abiertos.
Pablo Juan Martínez Catalá. Miembro de la ejecutiva local de JSPV.
BLOG: pablojuanmc.blogspot.com